La inteligencia
Es una fuerza y todos somos parte de ella
Deseo compartir con el lector lo que viví el primero de junio 2012, en McAllen, (TEXAS, USA), al tener la suerte -y siempre el honor- de poder acompañar durante sus giras de trabajo a René Mey.
René, ese día fue invitado a dar una conferencia y ejercer su don de sanación, en el College Of Pharmacy, del Health Science Center College Of Medicine.
Durante tal ocasión, pude escuchar con mucha atención el curso que impartió la señora Nancy Nadeau a sus alumnos, el cual fue ameno y sumamente interesante, ya que se postuló y se promovió un interesante concepto del saber, con el tema: “La inteligencia es una fuerza, y yo soy parte de ella”.
Fue algo hermoso ver que científicos, médicos, enfermeras y otros profesionistas de diversas ramas de la ciencia, buscan trabajar con situaciones diversas, que atañen a la conciencia.
Encontré muy interesante los resultados de mi asistencia al mencionado curso, y ahora les puedo compartir algunos testimonios y reflexiones. Unas partes de las mismas reflexiones, a veces no las puede entender uno; ya que entender por si mismo, es un camino que podemos y debemos explicarnos, pero también es necesario encontrar respuesta a situaciones como: ¿Por que dar?; ¿Que es dar ?; y ¿De que nos sirve dar?.
Todo es un proceso, un inicio de nuestro camino en la vida. Vamos a la escuela y aprendemos a escribir, aprendemos a leer, aprendemos a contar; pero por contra partida, no aprendemos a amar.
Dentro de ello, por otra parte, observé este último fin de semana a una señora, que en el evento de México se acercó y me dijo llorando: “mi mamá se murió, no estoy en paz porque se podía quedar más tiempo conmigo”. ¿Pudo ser un error humano en su tratamiento, lo que originó el de ceso?. Por ello piensa uno: ¿Tratar y abandonar un ser humano…por qué hacerlo?
Ayer en la conferencia de René encontré un joven en silla de ruedas. Fue operado de una hernia discal…algo que era sencillo, según dijeron los cirujanos; sin embargo, ahora ha quedado postrado en silla de ruedas, y ya nunca va a poder caminar.
Entonces, “imagínense la responsabilidad de estos profesionistas, enfermeras, enfermeros; médicos, de soltar una vida, sin pensar, sin tener conciencia, de que posiblemente un día puede ser la victima su mamá, su hermano o hermana, o algún otro de sus familiares”.
Por ello estos profesionistas deben aprender a amar, para poder acompañar a sus pacientes con amor; ayudarles a aceptar sus enfermedades, ayudarles a quitar los miedos que puedan tener por ellas; y además compartir su soledad.
Algunas veces solo con una mirada, un son risa, un toquecito de la mano, el paciente vive mejor su enfermedad, y si le toca morir, puede irse en paz.
“Podemos considerar un verdadero profesional, desde el momento que trabajan con la con ciencia”.
Analizando esta frase de René Mey, observamos que tiene toda la razón. Por supuesto que sí, por ejemplo, si hay un aprendiz de mecánico, que no le importa lo que puede pasar con el coche que esta por reparar, y lo hace mal. Entonces puede suceder que el cliente se va, ocasionalmente le ocurre un accidente; digamos una llanta del auto explota en la carretera y se mata, y por añadidura junto con él va también un pequeño hijito suyo que a la vez muere; y todo ocurre porque el mecánico no hizo su trabajo con conciencia, y si se entera, en un momento dado diría: “¿no hice lo que debía hacer?”.
Y como resultado de ello, hubo un costo de vidas, ¿por qué ocurre así?. Una familia quedó arruinada: ¿por qué?
¿Por un error humano?. ¿Un error por ser inconciente?
Otro ejemplo, un abogado que no va a visitar a su cliente en la cárcel; que no toma a con ciencia su trabajo, y que por el contrario lo trata como un expediente; o además él mismo de ante mano lo está juzgando mal, por supuesto.
Y ocurre que el cliente no sabe lo que va pasar con su sentencia; pero a la vez presiente que dentro los muros de la cárcel prácticamente está abandonado; porque la verdad, estas cosas así suelen suceder.
Y de pronto ocurre una tragedia, el joven cliente se suicida. Éste joven, sólo necesitaba unas palabras de apoyo, de saber cual era su situación real, y es que la mayoría de las veces cuando sabes tu situación, desaparecen los miedos y las angustias, y las cosas no culminan en tragedias.
¿Qué pasa cuando una vida se va?. ¿Qué puede pensar o vivir su familia?.
¿Piensan en esto los profesionales?
Un error nos puede costar la vida de algún ser humano; la vida de nuestro prójimo. ¿Por qué?, ¿para qué cometer ese error?; un error de esos, debemos reconocerlo, puede tener un precio muy alto.
La conciencia en el Amor:
Existe una diferencia en el Amor. El corazón es algo que tiene un sentimiento. La inteligencia del corazón es cuando buscas saber lo que está bien y lo que está mal.
Por ejemplo, el taxista que debe acompañar a su cliente.
El taxista ingiere bebidas alcohólicas y va manejando en estado de ebriedad,…¿qué pasa?, ¿dónde está su conciencia?, ¿el Amor por los demás?
Sería necesario que este taxista reflexione sobre su conducta negativa y comprenda que puede hacer un mal al manejar así.
Por mi parte, me ha dado mucho gusto poder asistir a esta universidad, y comprobar la búsqueda de concientizar a seres humanos que están por empezar una profesión, con plena con ciencia de lo que implica el desarrollarla.
Quiero manifestar que René creó hace tiempo un programa que se llama:
PROGRAMA RENÉ MEY
PROGRAMA “EDUCACIÓN CON AMOR Y CON CIENCIA”
“Ser alguien no se basa en lo que aprendiste, sino en lo que compartiste con los demás”. -René Mey-
Hoy en día vivimos en un mundo basado en lo material donde muchas veces nos olvidamos de los verdaderos valores de la vida: ¿De qué nos sirve aprender, si no lo compartimos con los demás?
Desde siempre, sabemos que el amor es un pilar esencial de la humanidad. Es la esperanza de lograr el respeto de las reglas del equilibrio, y de la estabilidad que permite florecer a todos los seres humanos. Pensamos que el aprendizaje de la expresión del amor, con inteligencia y conciencia, permitiría que, independientemente de su edad, los niños puedan a su vez, enseñar a amar a su entorno. Así es como los hombres y las mujeres más importantes de la historia de nuestro planeta han dejado su huella, con corazón y con pasión.
Este programa “Educando con Amor y Conciencia” de René Mey, está diseñado para que los niños puedan descubrir valores fundamentales para su vida. Por eso, es importante que cada día durante unos minutos, los maestros de la escuela, del instituto, del colegio o de la universidad, enseñen esos principios: respetar nuestro planeta, respetar a los demás, así como a nosotros mismos; y de esa forma ayudar a la humanidad.
En fin, es importante enseñar a los niños acerca de la introspección, una de las vías que nos lleva al amor y a la conciencia.
Tenemos previsto 2 ejercicios diarios seguidos de una práctica de diferentes valores funda mentales para los niños, adolescentes o adultos, participantes a este programa.
1.- El primer ejercicio, permite que el participante al programa pueda volverse capaz de reconocer que su existencia es interdependiente de la existencia de los demás.
2.- El segundo ejercicio, le permite saber cómo expresar ese amor que siente enfrente de los demás, sin pena y sin esconderse. El poder expresar amor abiertamente permite desarrollar la capacidad de amar, que poco a poco puede expandir a sus padres; a sus hermanos; a sus amigos y más tarde a su entorno laboral, o a su propia familia, quizás.
Los valores fundamentales aprendidos a través de los ejercicios en la institución, se profundizará con la expresión y la práctica en su vida diaria.
Estos programas están funcionando en escuelas y colegios en México …donde se enseña y aprende con Amor y conciencia.
Cuando uno expresa Amor…expresa a la vez conciencia, y con ello, no puedes dañar tu prójimo.
Es lo más lindo que tuve hoy, y es una gran experiencia…nada es coincidencia!
Estamos en Chile el 11 último de Junio 2012 en una universidad preciosa, donde se estudian carreras de enfermería y terapias alternativas, recibieron a René con mucho entusiasmo!